La percepción popular sobre los tatuajes también tiene sus extremos. Unos dicen que es una invocación a espíritus malignos, otros que se trata de una mera identidad personal que expresa sueños y gratitudes. La finalidad de la decoración de la piel con mensajes y figuras siempre ha sido motivo de polémicas. ¿Y eso para qué?

Viene de antaño. Tatuajes fueron encontrados en momias egipcias que datan de milenios. A todo aquel que ingresara en un campo de concentración hitleriano se le tatuaba un número perpetuo. Cuando el presidente de El Salvador, Bukele, comenzó a desmantelar las bandas de malhechores, se descubrió que todos los apresados estaban tatuados de pies a cabeza. El Chigüire Bipolar publicó una falsa primera página del diario El Nacional en la que se decía: “Kiko Bautista, periodista: Aun no sé dónde me voy a tatuar la cara de Chávez”.

Los tatuajes, y su exhibición, cogieron auge en las dos últimas décadas. A las mujeres preñadas se les advertía que si sus tatuajes estaban ubicados entre el cuadril y la espalda, la anestesia epidural no tendría efecto. A los tatuadores se les decía que tomaran precauciones porque conservar la misma posición corporal durante muchísimo rato tendría efectos secundarios nefastos.

¿Es un oficio, un negocio, un arte?

En España, el oficio de tatuador está regulado. El Certificado IMP800_3 es una acreditación oficial que forma parte del Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales (CNCP) y está avalado por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), publicado en la Gaceta Oficial (BOE) del 28 de julio de 2023.

El tatuador reivindica su arte. Lo entiende como una manera de eternizar el deseo más íntimo de sus clientes.

SAÚL, EL TATUADOR VENEZOLANO

OK, se acabó la cháchara. Toca hablar de un tatuador venezolano, Saúl Rojas, quien estará en Madrid entre el 23 y el 31 de enero, no se sabe si con ganas de quedarse, o solo para darse a conocer entre sus pares rn España.

Según nota de prensa, Saúl Rojas comenzó su carrera artística en 2001, y en la actualidad se le considera uno de los tatuadores más destacados de su generación.

-En 2008, convirtió el tatuaje en su principal profesión, consolidándose como un artista versátil y altamente capacitado. Aunque domina una amplia gama de estilos, sobresale especialmente en el realismo y en los cover ups. Su habilidad técnica y atención al detalle le han permitido crear piezas hiperrealistas de gran impacto, así como renovar tatuajes previos, transformándolos en obras llenas de significado y profundidad.

Esto lo refiere Ana Vigo, periodista afiliada a Venezuelan Press.

Saúl Rojas ha participado en congresos, seminarios y talleres internacionales. Reside en Perú. Ha sido aclamado tanto por sus técnicas como por su dedicación al oficio.

-Más allá de la técnica, apunta la nota de prensa, Saúl entiende que el arte del tatuaje trasciende la piel: es un medio para conectar con las historias, emociones e ideas de quienes buscan plasmar algo único en su cuerpo. Cada cliente es una fuente de inspiración, y su proceso creativo se basa en la empatía y la capacidad de interpretar esas ideas, transformándolas en diseños cargados de simbolismo y personalidad. Para Saúl, el tatuaje no es solo un trabajo técnico, sino una experiencia colaborativa en la que artista y cliente trabajan juntos para dar vida a una visión.